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Interpretaciones escultóricas de obras musicales

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HOMENAJE A MESSIAEN EN LA KUTXA

Homenaje a Messiaen en la Kutxa

'El sonido hecho visible' en la escultura de Antón Mendizabal.

 

DEIA 30/08/2008

 

EDORTA KORTADI

 

COINCIDIENDO que la Quincena Musical rinde este año homenaje al organista francés Olivier Messiaen, el escultor Antón Mendizabal (Donostia, 1945) presenta en las salas Kutxa Boulevard 25 esculturas que tienen como punto de conexión y arranque el sonido y la obra del ilustre compositor, al que él conoció de joven de la mano de otro gran organista de San Vicente, Joaquín Pildain.

Mendizábal siempre ha estado unido al mundo musical, y en esta ocasión, tras realizar sus extensas series, sobre temas mitológicos en torno a la muerte, y el mundo de la pelota vasca, que culminó con la ejecución de los frontones de Azkoitia, como homenaje a Jorge Oteiza, realiza ahora una serie en torno a la musica, como homenaje al organista galo. Metal, vidrio, alabastro, metacrilato, y color, además de la madera tradicionalmente utilizada por este escultor, son ahora algunas de las novedades que presenta en los repertorios formales, habiendo ganado además en concepto volumétrico y espacial en muchas de sus obras, como el Sermón a los pájaros, o, La oración de Cristo (2007). Resulta realmente hermosa su Tres pequeñas liturgias de la presencia divina (2003) en la que el vidrio azul, rojo y violeta, a manera de vidriera moderna, se engarza y estructura sobre la parte alta de un mástil de hierro.

Color y cinetismo se engarzan también en su Sermón a los pájaros (2007), dentro de la sobriedad y contundencia del castaño que la sustenta. Mas minimales y naturales resultan su In memoriam (2007), y, Pentagrama (2004), a las que el escultor aporta el teñido de la madera, mas que pintura, y la suave luz del alabastro. El artista, transforma muy poco, el material sabiamente buscado y elegido.

Y espero la resurrección de los muertos(2007) es obra mas coral, pero contundente y sobria, resuelta en alabastro, pizarra y formas racionalistas. Como racionalistas son también su Aparición de la iglesia eterna (1996), Su plegaria de Cristo, III (2004) y Las tinieblas (2008). Su obra Las dos murallas de agua (2008), resuelta en vidrio verde con texturas, resulta casi minimalista, sobria y elegante.

Mas orgánico y volumétrico, mas espacial y abierto, se muestra Mendizábal, en el resto de las obras expuestas en la primera planta.

La serie de Los cuerpos gloriosos sirve al escultor, para desarrollar toda una serie de juegos espaciales, en torno al espacio fundamentalmente interno de las obras, que se ve enriquecido además, con las policromias y color negro, logradas en las superficies de las mismas, a base de quemados y tratamientos diversos.

El catálogo de la exposición, cuenta con textos de Loïc Mallié, Carmen Alonso-Pimentel y Arantxa Iraola, que enriquecen y explican su obra.

Agencia: prismacm