EDORTA KORTADI
DEIA. 9/2/2001
Acaba de ser colocada recientemente en la naves de la parroquia de San Vicente de Donostia, una nueva escultura "Homenaje al músico Joaquin Pildain y a todos los organistas y músicos vascos" del escultor Anton Mendizabal (Donostia 1945), obra de raigambre y estructura minimalista, que vuela y emerge en la sobria estructura renacentista del mas antiguo templo donostiarra.
La escultura, ubicada en la columna del coro que se abre a la nave central, ha sido realizada en chapa de cobre a base de cuatro módulos de estructura cilindrica y descomposición de formas aladas de uno de ellos, el segundo de la base, que modula y saluda al espacio como un acorde alegre y sonoro a los músicos, compositores y organistas que a lo largo de la historia han tenido tanto este templo como todos los templos del Pais Vasco.
Concierto inaugural
La escultura se inauguró en otoño con un ciclo de conciertos dados por los mejores organistas y concertistas (Azkue, Saenz, Elizondo, y muchos otros) y sirvió como homenaje y recuerdo al gran organista Joaquin Pildain, recientemente fallecido en Madrid, que deleitó a la ciudad con sus cuidados conciertos sobre Messiaen y los grandes compositores de todos los tiempos. Al escultor le habian impresionado de joven sus diaros ensayos y sus monumentales conciertos y acompañamientos en las funciones litúrgicas, y tras la espléndida limpieza y restauración del retablo renacentista de Ambrosio de Bengoetxea y la nueva iluminación del templo, ofreció a la comunidad religiosa la posibilidad de ejecución de esta sobria y delicada obra.
El resultado es de gran belleza y depuración de lineas, una obra sobria y conceptual, al borde del minimalismo. Concepto este último en el que Mendizabal ya viene moviéndose y trabajando desde hace varias décadas en numerosas obras. En la serie dedicada al Frontón y a la Pelota Vasca para el museo de la Fundación Kutxa, y en otras que el lector puede contemplar en la sala de exposiciones que el escultor posee en Pagoarte de Oiartzun, abierta a las majestuosas y volcánicas Peñas de Aya. En ellas se exponen desde las primeras series dedicadas a la "argizaiolas" y estelas funerarias, pasando por sus "intxixus" y genios nocturnos, hasta sus series dedicadas a la pelota y al frontón vasco, al mar o a obras puramente abstractas y constructivas de raigambre minimalista. Su proceso es de tiempo lento pero coherente, mas cercano al mundo agrario que al urbano, aunque últimamente el debate y sus propuestas son mas complejas y abiertas, mas simples y mestizas. Mendizabal ha hecho una propuesta arriesgada y decidida por la escultura, abandonando otros terrenos y campos en los que se movia como pez en el agua, poco a poco, lentamente, va dando sus frutos. La escultura de la Parroquia de San Vicente de Donostia es uno de ellos.